#mequedoencasa ¿pero qué puedo hacer? 6 consejos para no aburrirse en casa

Comidas consumidas a toda prisa en la oficina o la universidad, bocadillos tristes o almuerzos traídos de casa y engullidos entre un compromiso y otro… ¡Por las prisas hemos olvidado lo bonito que es cocinar nosotros mismos unos deliciosos manjares! Ha llegado el momento de sacar ese juego de cazuelas que no utilizábamos desde hace mucho tiempo y, lista de ingredientes en mano, aventurarnos a elaborar nuevas recetas dulces o saladas: un brunch más creativo que el café de siempre o grandes clásicos de la tradición mediterránea (incluso llamando a mamá o la abuela para pedir su ayuda por videollamada). También se puede dejar espacio a la experimentación, con almuerzos temáticos y recetas exóticas, como sushi o pokes hawaianos, viajando aunque sólo sea con la imaginación.

Y cuando el plato esté listo, se puede redescubrir el placer de sentarse a la mesa y comer con calma, olvidándonos de emails y notificaciones… no importa que sea en la sala de estar, la terraza o improvisando un pícnic con los pequeños en el jardín, lo importante es disfrutar del momento y ya habrá tiempo para limpiar.

Con los gimnasios cerrados y la nevera al alcance de la mano, nuestra forma física está sometida a una dura prueba. Tenemos que encontrar la manera de dedicar, también estando en casa, al menos una hora a hacer ejercicio, pero ¿dónde podemos hacer nuestra sesión de cardio, yoga o estiramientos y poner en práctica los consejos de las aplicaciones o tutoriales de los entrenadores personales? Si no se dispone de terraza o jardín, seguramente la mejor opción es la sala de estar o el dormitorio, los espacios más amplios y versátiles de la casa.

Si el deporte no mola, pero hay que estirar las piernas, ¿por qué no convertir el salón en una pista de baile? ¡Tranquilos, estando en casa nadie podrá criticar los gustos musicales o unos pasos poco agraciados!

¿Y después del ejercicio? Es hora de un merecido descanso, a lo mejor con un buen libro o la serie favorita de televisión: el hogar puede convertirse fácilmente en un cine doméstico o una biblioteca. Da igual el soporte, puede ser papel o tablet: el sofá o la cama siempre están dispuestos a acogernos para leer. Además, en estas semanas muchas plataformas de televisión y revistas online, como Netflix, Amazon Prime Video, Hearst ofrecen incluso bonos mensuales gratuitos, para ayudar a combatir el aburrimiento. Otra afición que últimamente está conquistando a muchos son los audiolibros y los podcasts, pero si no se desea estimular demasiado la mente, es posible relajarse coloreando mandalas, cosiendo, escuchando la música favorita o redescubriendo algún juego de mesa, a lo mejor con los hijos o incluso con un amigo lejano, gracias a las versiones online.
En cambio, si realmente lo que mola es no hacer nada, qué mejor que una larga siesta por la tarde… ¡también el dormitorio merece su justa consideración! Para que sea aún más acogedor, se pueden elegir sábanas con fantasías de flores o de colores pastel o lisos, como el relajante classic blue, el Pantone del año.

Si lo vuestro no es relajarse y descansar… ¿por qué no aprovechar el tiempo a disposición para dar por fin una buena pasada en profundidad y ordenar los espacios de la casa? Está científicamente demostrado que quitar el polvo y ordenar es bueno para la salud y se estimulan la energía y el buen humor.

¿Por qué no cambiar la disposición de los muebles, dedicarse al cuidado de las plantas en el jardín o el balcón, hacer el cambio de temporada en el armario y quitar por fin de en medio toda esa ropa pasada de moda o los productos de farmacia y belleza caducados, catalogar los libros y ordenar las revistas hasta ahora apenas hojeadas, utilizando cajas y soluciones para ahorrar espacio…? ¡Ya no hay ninguna excusa para evitar estas tareas que siempre aplazamos!

Después de los primeros días pasados entre telediarios, maratones de televisión y redes sociales, inevitablemente vamos a necesitar desconectar un poco y dedicar un tiempo a regenerarnos.
En primer lugar cuidemos de nuestra mente: es hora de recuperar viejas aficiones o explorar otras nuevas, aprender a tocar un instrumento musical u otro idioma, o bien seguir algún curso de formación online. En estos días muchas escuelas y empresas ofrecen seminarios web y clases magistrales gratuitas: basta con elegir un tema y ponerse a buscar en la web.
El hogar puede incluso convertirse en un museo: muchas entidades internacionales -del Louvre al Hermitage y hasta la Capilla Sixtina- han decidido poner online sus colecciones y visitas guiadas para que se puedan disfrutar gratuitamente.
En cambio, si lo que se necesita es estar offline, es posible dedicarse al cuidado del cuerpo. Cada uno puede disfrutar de sus pequeños y sencillos rituales de belleza: mascarillas y productos de belleza ecológicos, manicuras, pedicuras o baños calientes con sales perfumadas. ¡Por fin el baño puede convertirse en un templo de calma y bienestar!