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Una empresa en la vanguardia debe tener una mentalidad ecológica y actuar de manera responsable, reduciendo al mínimo el impacto en el medio ambiente, realizando productos sostenibles y ayudando al consumidor a realizar elecciones de compra conscientes.
Para mejorar la sostenibilidad de sus procesos de producción, Marca Corona invierte cada día en nuevas tecnologías de vanguardia y presta la máxima atención al reciclaje y al ahorro de energía.
Los residuos crudos se reutilizan en la preparación de nuevas masas, con una reducción en el consumo de materias primas equivalente a 20.000 toneladas de materias primas por año ( la carga de 630 camiones). Los desechos industriales cocidos son recuperados por otras empresas y utilizados como firme vial
Marca Corona realiza la recogida separada del 98 % de sus residuos y utiliza solo embalajes reciclables, palets que cumplen con las normas de la FAO NIMF 15 y papel certificado FSC.
Marca Corona recupera el 100 % de sus aguas residuales y utiliza un 85 % de agua reciclada, más de 75 millones de litros de agua cada año.
El sistema de cogeneración instalado en la planta garantiza una autosuficiencia eléctrica de Marca Corona equivalente al 92 % de la demanda anual, con emisiones CO2 reducidas a la atmósfera.
Para reducir el consumo de recursos energéticos, la energía térmica recuperada de los hornos de cocción se reutiliza para alimentar nuevos ciclos de producción y para calentar el entorno de trabajo. Además, Marca Corona se compromete a seleccionar las materias primas de las minas más cercanas, para reducir el impacto ambiental y las emisiones asociadas con el transporte.
*Datos actualizados a 2017
En 2020, Marca Corona fue una de las primeras empresas en Italia en utilizar embalajes de papel de hierba, un material ecológico, reciclable y biodegradable, fabricado a partir de hierba natural. La hierba es un material que se encuentra fácilmente en la naturaleza, se recoge en zonas de compensación ecológica cerca de las fábricas papeleras y se procesa con un impacto ambiental reducido.
En efecto, el ciclo de fabricación del papel de hierba conlleva una reducción del 75% de las emisiones de CO2, una disminución significativa de las emisiones contaminantes, gracias a la ausencia de sustancias o tratamientos químicos, y una notable reducción de los consumos de energía eléctrica y agua. Por ejemplo, para fabricar una tonelada de papel de hierba hacen falta tan solo 2 litros de agua contra los 6.000 litros que se consumen para la fabricación de papel normal. El papel de hierba representa por ello una elección con un impacto mucho menor desde el punto de vista medioambiental respecto a madera, poliestireno u otros materiales tradicionales.