¿Cómo limpiar las baldosas de gres porcelánico y cerámica? 10 consejos para el mantenimiento de pavimentos y revestimientos

La limpieza de las baldosas de gres porcelánico y cerámica sigue siendo uno de los temas más buscados y discutidos, no solo en Internet o en redes sociales, sino también en las conversaciones que se dan en nuestro día a día.

Son muchas las preguntas y dudas respecto al mantenimiento de pavimentos y revestimientos que incorporan estas baldosas, como cada cuánto tiempo hay que limpiar o cómo evitar manchas en superficies de gres o pasta blanca.

Lo cierto es que limpiar el gres porcelánico y la cerámica es más fácil de lo que se cree.
El secreto no está en el esfuerzo ni en procedimientos complejos, sino en conocer el material y los productos adecuados para su mantenimiento.

En este artículo hemos recopilado los 10 principales consejos para el cuidado y la limpieza de las baldosas de gres porcelánico y cerámica, desmontando falsos mitos e incluyendo las mejores recomendaciones para que tus pavimentos y revestimientos brillen sin esfuerzo.

La gente a menudo se pregunta cuál es la diferencia entre el gres porcelánico y la cerámica.

Por cerámica se entiende un material monoporoso de pasta blanca, diferente del gres porcelánico en cuanto a composición, uso y estética. Es más: 

• El gres porcelánico se fabrica a partir de una mezcla de arcilla, arena y otras sustancias naturales, cocidas a temperaturas que superan los 1200 °C. Este proceso, llamado greificación, transforma la materia prima en una baldosa resistente y compacta con una absorción de agua prácticamente nula (menos del 0,5 %).
  El adjetivo «porcelánico» proviene del uso de arcilla blanca, como el caolín, que aporta pureza y elegancia al producto final.
  La versatilidad y fiabilidad del gres porcelánico, ya sea con color y material uniforme en todo su espesor o «esmaltado» con una capa superficial que define su diseño, lo hacen especialmente adecuado para su uso en ambientes húmedos o sujetos a frecuente paso y uso, tanto en interiores como en exteriores.
   
• La monoporosa de pasta blanca también es el resultado de una mezcla de materias primas de primera calidad, donde la característica mezcla de color blanco permite realzar los matices de los colores aplicados sobre la superficie, consiguiendo homogeneidad y brillo cromático.
  A este resultado estético se une la agradable sensación al tacto y la máxima practicidad higiénica, características que hacen que la monoporosa de pasta blanca sea la opción elegida para los revestimientos de pared en el diseño de interiores.

Ahora que hemos definido la diferencia entre gres porcelánico y monoporosa de pasta blanca, es importante entender los diferentes tipos de acabado posibles para las superficies cerámicas, ya que este elemento también determina la mejor forma de llevar a cabo la limpieza y el mantenimiento.

Estos son los 5 acabados principales:

Una vez comprendidas las peculiaridades de los materiales y las particularidades de los acabados, podemos adentrarnos en «cómo» limpiar las baldosas de gres porcelánico y cerámica, tanto en pavimentos como en revestimientos.

Hay métodos y productos para cada necesidad. En nuestra guía práctica hemos recopilado los 10 mejores consejos y técnicas, basados ​​en las preguntas frecuentes (FAQ) que suelen hacernos sobre este tema.

En este caso hay que distinguir entre limpieza ordinaria y limpieza extraordinaria.

La limpieza ordinaria, es decir, la que se da en situaciones normales y sin grandes problemas críticos, si se realiza con cuidado ya ayuda a mantener limpios el gres porcelánico y la cerámica a lo largo del tiempo.

Todo lo que necesitas es un paño húmedo y un detergente neutro de bajo residuo, mezclado con agua según el grado de suciedad. Recuerda realizar siempre un aclarado.

Para superficies Marca Corona recomendamos FILACLEANER, que con solo un litro de producto permite limpiar hasta 2000 m2 de superficie (dilución 1:200), permitiendo una limpieza ecológica y económica.

Los gestos cotidianos sin duda marcan la diferencia, aunque la frecuencia depende mucho del uso que se haga del espacio donde se colocan las baldosas.

Para zonas muy transitadas como la cocina, se recomienda limpiar diariamente o cada dos días.
Para el resto de estancias, 1 o 2 veces por semana es suficiente para mantener las superficies en perfecto estado.

Como decíamos, los detergentes neutros de bajo residuo son excelentes aliados y limpian eficazmente sin dejar halos ni pátinas de cera o silicona.

Un miedo muy común es el de rayar accidentalmente las baldosas de gres porcelánico y cerámica, arruinando su pátina de color y su brillo.

Materiales como el gres porcelánico tienen la máxima resistencia a los arañazos y al desgaste diario, por ello, hay que tener en cuenta las consecuencias que pueden provocar las «herramientas» y el resultado que pueden originar los daños provocados por el uso de productos químicos.

En primera instancia, siempre es preferible utilizar herramientas de limpieza con una superficie suave, a menos que en las instrucciones se indique utilizar cepillos de cerdas, como puede ocurrir con las baldosas de exterior.

En cuanto a los detergentes, se deben evitar absolutamente los productos que contengan ceras o aditivos de pulido. Estos últimos, de hecho, crean arañazos y pátinas superficiales que atraen y retienen la suciedad.

La vida cotidiana puede dejar su huella, pero en las baldosas de gres porcelánico y cerámica cada mancha tiene solución.

Hay que recordar que el gres porcelánico y la cerámica son superficies inertes que no absorben líquidos, manchas ni suciedad.

A diferencia de materiales como la piedra natural o la madera, donde una mancha puede penetrar en profundidad, en el gres y la cerámica todo queda fuera y se puede eliminar.

Por tanto, en caso de una limpieza extraordinaria por suciedad intensa o manchas difíciles, recomendamos utilizar un producto desengrasante y quitamanchas, con acción detergente y decapante.

Siempre hay que tener en cuenta las instrucciones de la etiqueta, especialmente en lo que se refiere al uso diluido o puro y los tiempos de acción.

Durante la limpieza ordinaria, el detergente neutro también limpiará eficazmente las juntas.

Para una mayor protección, especialmente después de la colocación, se pueden utilizar productos específicos que, aplicados sobre la baldosa y la junta, crean una barrera contra la suciedad sin crear películas superficiales.

Se desaconseja encarecidamente el uso de lejía porque puede dañar las juntas. 

Cuando hablamos de remedios caseros para la limpieza, nos referimos, por ejemplo, a la lejía, el vinagre y el bicarbonato de sodio.

Todos estos trucos están totalmente desaconsejados para limpiar pavimentos y revestimientos de gres porcelánico y cerámica.

Aunque puedan parecer inofensivos, estos productos no tienen la eficacia de los limpiadores profesionales y, en algunos casos, pueden resultar inadecuados.
Además, en el caso de la lejía, se trata de un producto agresivo e innecesario.

Un detergente neutro es más que suficiente para una limpieza higiénica y segura, sin riesgo de dañar las juntas ni alterar las baldosas a largo plazo.

Para nada. Un error común es pensar que una baldosa mate es más complicada de limpiar que una brillante. Es un mito sin fundamento.

Independientemente del acabado superficial, el gres porcelánico sigue siendo un material no absorbente.

La suciedad siempre permanece en la superficie, lo que hace que la limpieza sea igualmente fácil para cualquier tipo de acabado.

Otra creencia generalizada es que una superficie áspera al tacto es más difícil de limpiar. Pero no es cierto, de hecho, las baldosas rugosas se pueden limpiar con mucha facilidad.

Recuerda: todas las superficies, incluso las más estructuradas, no absorben.

La suciedad no puede anidar porque permanece afuera, lista para ser eliminada.

Ya hemos explicado que en espacios exteriores es mejor contar con baldosas de gres porcelánico con acabado texturizado o grip.

Este tipo de pavimentos y revestimientos tienen la ventaja de ser muy duraderos, ya que el material es resistente a las heladas y a las inclemencias climáticas.

La limpieza sigue los mismos principios, pero puede requerir el uso de un cepillo de cerdas duras para trabajar eficazmente en la textura de la superficie.

Para la limpieza diaria, la regla de oro es la simplicidad.

También se subestima mucho la limpieza final de obra, es decir, la primera intervención de limpieza tras la colocación de las baldosas de gres porcelánico y cerámica.

Para permitir un fácil mantenimiento futuro de las superficies, la limpieza final es imprescindible y la debe realizar un profesional, que se asegurará de eliminar correctamente los restos de cola, estuco y suciedad de la obra con productos específicos.
Finalmente, las indicaciones que hemos incluido en este artículo son el resultado de nuestra investigación y experiencia.

Es importante saber que la efectividad de la limpieza y el mantenimiento de las baldosas de gres porcelánico y cerámica puede variar dependiendo de la colocación, las condiciones de uso y el entorno. Por lo tanto, declinamos cualquier responsabilidad por daños debidos a una colocación incorrecta o un mantenimiento negligente.